Una vacuna universal contra la gripe que usa la tecnología de ARN, probada con éxito en ratones

hace 1 año 116

Con la misma tecnología que hay tras las vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna contra el coronavirus, investigadores estadounidenses han creado una candidata a vacuna universal contra la gripe. Candidata porque solo la han probado en ratones. Y universal porque otorga protección contra 20 subtipos del virus. Aunque los que afectan a los humanos son muchos menos, los demás circulan entre otros mamíferos y aves. Un salto de una de estas gripes animales que pudiera combinarse con las humanas podría degenerar en una pandemia, como muestran las surgidas el siglo pasado.

Cada año hay una vacuna nueva contra la gripe, la inmunidad del año pasado no sirve para este. Buena parte de culpa la tiene una proteína llamada hemaglutinina. La enfermedad de la gripe en humanos la causan los virus de la gripe de tipo A y de tipo B. Ambos se pueden clasificar en subtipos. Por ejemplo, entre los humanos circula la gripe A H1N1 y H3N2. La H se refiere a la hemaglutinina (hay 18 versiones distintas) y la N se refiere a otra molécula, la neuraminidasa (existen 11 versiones) también presente en la superficie viral. Mientras, del virus de la gripe tipo B solo se conocen dos versiones de hemaglutinina diferentes. Como sucedió con las vacunas contra el coronavirus, que se centraron en la espícula S, que usaba para colarse en la célula, la hemaglutinina es la diana clave. Las vacunas actuales y la mayor parte de las candidatas tienen a la H como objetivo. El problema es que, por un lado, no se sabe qué subtipo circulará el próximo invierno y, por el otro, que su extremo, la cabeza, tiene una elevada tasa de mutación, esquivando los intentos de lograr una vacuna universal. Por eso, los últimos esfuerzos se dirigían contra el tallo de la hemaglutinina, que muta menos y tiende a ser muy similar entre los distintos subtipos.

Lo que ha hecho un grupo de investigadores de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) es apostar por ir contra todos los subtipos de virus de la gripe a la vez. Para ello se han apoyado en la tecnología de ARN mensajero usada ya por dos de las vacunas más exitosas contra el coronavirus. En esencia, esta técnica introduce en nanoesferas las instrucciones genéticas para que sea la propia célula del huésped la que fabrique la hemaglutinina, que por sí misma no tiene carga viral. Así consiguieron 20 vacunas en una. Antes de juntarlas todas en una formulación, probaron cada nanocápsula por separado, para asegurarse de su eficacia. Lo siguiente fue ensayarla en varios grupos de ratones, esperando que todas mantuvieran su capacidad y sin reacciones cruzadas. Es la primera vez que se usa el ARNm buscando una candidata a vacuna universal.

Sería difícil hacer una vacuna como la nuestra utilizando plataformas convencionales porque habría que producir las veinte proteínas recombinantes diferentes, purificarlas y añadirles un adyuvante”

Claudia Arévalo, viróloga y primera autora del estudio mientras estaba en la Universidad de Pensilvania y ahora en Pfizer

La viróloga boliviana Claudia Arévalo, primera autora del estudio, explica que este enfoque habría sido imposible usando las plataformas más tradicionales, como las que usan las proteínas virales para diseñar las vacunas actuales: “Sería necesario producir las veinte proteínas recombinantes diferentes, purificarlas y añadirles un adyuvante. Esto sería un esfuerzo muy costoso y laborioso”. Sobre la otra opción más clásica, la de usar virus inactivados, dice que “plantearía otros desafíos, como tener que aislar las cepas y propagarlas con éxito; las cepas que incluimos son todos subtipos de influenza conocidos, lo que significa que algunas tienen potencial pandémico y otras aún no han cruzado desde reservorios animales, por lo que puede imaginar los desafíos de aislar y propagar virus como esos”. En la Universidad de Pensilvania, en la que Arévalo culminó sus estudios, donde Katalin Karikó y Drew Weissman idearon aprovechar el ARN mensajero para introducir instrucciones genéticas en las células.

Los ensayos con ratones, cuyos resultados acaban de ser publicados en la prestigiosa revista Science, mostraron que los roedores habían generado anticuerpos contra las 20 gripes y la inmunización duró al menos cuatro meses. En la segunda parte del trabajo, a los 28 días de ser vacunados, los científicos contagiaron a varios grupos de estos animales con dos subtipos diferentes de gripe A, uno de ellos similar a los virus de la gripe predominante entre los humanos, el H1N1. Todos los ratones del grupo de control, a los que se les habían inyectado un placebo en vez de la fórmula de la vacuna, murieron. Sin embargo, los realmente vacunados y expuestos al virus homólogo ni murieron y ni siquiera perdieron peso. Tampoco se les detectó carga viral en los pulmones. Mientras, los inmunizados y expuestos al virus más extraño, todos enfermaron, perdieron peso, pero a los siete u ocho días la mayoría se recuperaron, falleciendo solo el 20%. Para los autores, estos resultados significan dos cosas: su vacuna no es esterilizante, es decir, no protege de la infección, pero, como sucede con las vacunas contra el coronavirus, protegen de la versión más dura de la enfermedad incluso ante variedades víricas cuyo antígeno no incluía la vacuna.

“Las vacunas actuales de gripe no protegen contra virus de la gripe con potencial pandémico; esta vacuna, si funciona bien en personas, lograría esto”

Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York

“Las vacunas actuales de gripe no protegen contra virus de la gripe con potencial pandémico; Esta vacuna, si funciona bien en personas, lograría esto”, asegura Adolfo García-Sastre, director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, no relacionado con la investigación, en declaraciones a la plataforma SMC España. “Las vacunas actuales de gripe no protegen contra virus de la gripe con potencial pandémico; Esta vacuna, si funciona bien en personas, lograría esto”, añade Sastre, que recuerda enseguida que el trabajo se ha hecho con ratones. “Los estudios son preclínicos, en modelos experimentales. Son muy prometedores y, aunque sugieren capacidad de protección contra todos los subtipos de virus de la gripe, no podemos estar seguros de ello hasta que se hagan ensayos clínicos en voluntarios”, recuerda.

Para Raúl Ortiz de Lejarazu y Leonardo, profesor de microbiología y director emérito del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, lo más relevante de esta investigación radica en que “usa muchos antígenos de diferentes subtipos de hemaglutininas (todas las que existen, incluidas las de murciélagos) en vez de ir a regiones conservadas de uno o pocos antígenos”. Con las plataformas tradicionales no parecía factible, pero “las plataformas actuales de vacunas ARN mensajero permiten incluir muchos ARNm que inducirán muchas proteínas distintas, dando una multivalencia y amplitud de respuesta que antes con las plataformas proteicas no era fácil conseguir”, concluye.

Por su parte, el catedrático de microbiología y parasitología de la facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, Víctor Jiménez Cid, destaca por qué es importante esta idea de 20 vacunas en una: “Los virus de gripe A estacionales que circulan en la población humana son solamente H1N1 y H3N2. ¿Por qué incluir otros tipos antigénicos H en la vacuna? En primer lugar, los virus A son zoonóticos y, aunque los demás tipos no circulan en la población humana, sí lo hacen en otros animales, como los tipos H5, H7 y H9 en el caso de las aves. Esto implica que puedan surgir nuevos virus pandémicos si uno de estos tipos se implica en un salto antigénico generando un nuevo virus A que combine los genes de virus de animales con los de virus que circulan en humanos”, declaraba a SMC. La idea no es improbable, de hecho es lo que sucedió en las cuatro grandes pandemias de los últimos 100 años: la de 2009, la de 1968, entonces llamada gripe de Hong Kong, la asiática de 1957 o la de 1918, cuando la combinación entre una gripe humana y otra aviar unos años antes provocaría la muerte de entre 50 a 100 millones de personas.

Sobre las claves de la eficacia de la vacuna, la viróloga Arévalo culmina: “Esta candidata tiene tanto éxito porque involucra múltiples armas del sistema inmunológico. En particular, nuestra vacuna provoca diferentes tipos de anticuerpos con varias funciones. También genera diferentes tipos de respuestas de los linfocitos T [que eliminan las células infectadas y activan macrófagos]. Como en todos los esfuerzos científicos, necesitamos investigar más para determinar el mecanismo exacto del éxito de nuestra vacuna”. Arévalo quiso dejar constancia de que sus opiniones no representan necesariamente las opiniones de la Universidad de Pensilvania o Pfizer.

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