StudentFinance: la ‘fintech’ que te paga los estudios

hace 10 meses 51

Mariano Kostelec, consejero delegado y cofundador, junto a Marta Palmeiro, de StudentFinance, lo tenía claro desde la infancia: “Imaginaba soluciones para necesidades que observaba a mi alrededor”. Así nació la idea de facilitar financiación para estudiantes o jóvenes profesionales que quisiesen estudiar fuera de su país y necesitasen salvar la barrera del coste. “Ahí supe que había una oportunidad”.

Su idea de negocio se ajusta como anillo al dedo a la coyuntura empresarial que vive España, inmersa en una profunda sequía de talento digital. Un agujero que no para de crecer motivado porque la tecnología progresa a ritmo vertiginoso mientras que la formación de su mano de obra no corre pareja. De hecho ascienden a 120.000 las vacantes tecnológicas que faltan por cubrir, según la Asociación de Empresas Tecnológicas DigitalES. Para el emprendedor, el déficit de estas posiciones necesarias en el mercado tiene parte de su origen “en la dificultad para acceder a financiar esta formación”.

Con esta premisa puso en marcha la propuesta del “estudia ahora y paga después”. Se aleja, así, de los tradicionales préstamos estudiantiles que, además, suelen exigir ingresos al solicitante. “No hace falta tener nómina ni ingresos porque nuestro retorno va encaminado al potencial futuro del usuario”. Algo que posibilita la fórmula norteamericana importada que se basa en acuerdos de ingresos compartidos o financiación ISA (Income Shared Agreement) por la cual el estudiante devuelve esta partida cuando obtiene empleo. Esta fórmula le ha permitido ingresar 15 millones de euros y prevé gestionar con la misma 400 millones en tres años.

El sistema funciona de la siguiente manera: está disponible en España, el Reino Unido y Portugal para solicitar financiación en cualquiera de los centros educativos adscritos a StudentFinance en estos países. Son programas tanto presenciales como online o híbridos. Los préstamos se devuelven con entre el 6% y el 12% de la nómina cuando el estudiante es contratado, siempre que supere el umbral mínimo de ingresos (entre 16.000 y 18.000 euros). El tipo de interés (TAE) ronda el 10%.

El negocio descansa en la voraz demanda de perfiles tecnológicos y formación en competencias digitales. Temática que financia la plataforma (ciencias del dato, ciberseguridad o desarrollo de páginas web…) vía formatos tipo bootcamp (programas intensivos de desarrollo de software) o máster cuya duración oscila de seis a nueve meses. “Es una ventana de oportunidad para gente que jamás se habría planteado esta formación por falta de recursos, pero también para los que opten por reciclarse con estas nuevas aptitudes”.

A los dos años de recorrido ya cuentan con el apoyo de Banco Sabadell Venture Capital o Jobandtalent y con 2.000 usuarios que han cursado cerca de 250 programas. “Crecemos en oferta cerrando acuerdos comerciales con centros de formación, que incluimos en nuestra plataforma, y que ofrecen este modelo de ingresos compartidos”. Estos centros incorporan un simulador de pagos mensuales para ayudar en su cálculo al futuro estudiante. Por ejemplo, para un programa de desarrollador Full Stack y experto en UX/UI, calcula un abono de 160 euros durante 36 meses, a partir de un umbral mínimo de ingresos que, en este caso, cifra en 16.000 euros.

Al negocio también se han sumado inversores como Iberis Capital y SmartLenders Asset Management, que lideran la nueva ronda de financiación con la que la empresa ha levantado 39 millones de euros. Con una facturación de tres millones de euros y unas pérdidas de cuatro millones, la start-up ofrece más servicios que la simple financiación. Como valor añadido pone a disposición del usuario la información existente sobre la empleabilidad y el nivel salarial de un determinado perfil.

Acceso al empleo

Trata de vencer así los dos obstáculos, además de la financiación, a los que se enfrenta un estudiante: “Identificar dónde están las oportunidades y sus sectores y acceder al empleo”. Algo para lo que cuentan con la colaboración no solo de sus empresas asociadas, sino con el apoyo interno de toda una red de compañías desarrollada para ampliar las posibilidades laborales de estos candidatos. Si todo falla, el empresario también ofrece alternativas a través de la plataforma: “Si uno no encuentra trabajo, los pagos quedan en pausa y le ayudamos a corregir su empleabilidad”. Y ante un caso extremo, “la obligación de pago expira a los siete años”, concluye.

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