El 15 de abril de 1982, David Álvarez, fundador de Eulen, firmaba en el restaurante Zalacaín de Madrid la compra de Vega Sicilia. Un año después, su hijo Pablo (Bilbao, 1954), que había estudiado Derecho y no tenía ni idea de vinos, empezó a ir una vez por semana a Valbuena de Duero (Valladolid) y en 1985 asumió la dirección general. Actualmente, Vega Sicilia es la principal marca española de lujo.
Pregunta. ¿Qué balance hace de estos 40 años en los que la familia Álvarez ha estado al frente de Vega Sicilia?
Respuesta. Siempre se puede hacer mejor, pero creo que el balance es bastante bueno. Hemos pasado de una a seis bodegas y todos los proyectos se han consolidado con éxito, cada uno en su estilo.
P. ¿Cómo ha cambiado el mundo del vino durante este tiempo?
R. En los años ochenta era solo un producto de alimentación, hoy es un artículo cultural y muchas más cosas. Nuestra filosofía ha sido siempre tratar de mejorar y estar por encima de las modas. El gran éxito es que la personalidad de Vega Sicilia sigue siendo la misma. Además, siempre hemos primado la calidad por encima del propio negocio.
P. ¿Qué debe tener un vino para enamorarle?
R. Surge de forma espontánea. Este es un mundo de sensaciones y a veces un vino te enamora, aunque en realidad no sea tan bueno, y no sabes por qué.
P. Su último proyecto es hacer un albariño. ¿Por qué han elegido Galicia?
R. El albariño es la gran variedad de uva blanca en España. Rías Baixas tiene mucho futuro. Aunque tiene tradición, es relativamente nueva y hay gente haciendo muy buenos vinos allí que además envejecen bien.
P. ¿Es Jerez su gran cuenta pendiente?
R. Es un mundo único. Muchas regiones en el mundo han intentado copiar sus vinos, pero no han podido. Hace unos años intentamos un proyecto en Jerez e hicimos una propuesta de compra a la que entendíamos que era la mejor bodega de la zona, pero al final no salió.
P. Cuando inician un nuevo proyecto y empiezan a comprar terrenos, ¿cómo hacen para que no se disparen los precios al enterarse los propietarios que detrás está Vega Sicilia?
R. Con mayor o menor fortuna, hemos intentado siempre tener al alguien que no se supiera que nos estaba representando. En Rioja, hasta que no lo dijimos no se supo. Estuvimos casi siete años sin que nadie supiera que éramos nosotros. Durante todo el proceso en Galicia solo he ido una vez porque te ven y empiezan a rumorear.
P. Su familia está enfrentada. Por un lado, está usted y cuatro hermanos, y por otro su hermana María José. No es la única familia propietaria de bodegas con estos problemas, como ya anticipaba la serie Falcon Crest en los años 80. ¿Por qué el mundo del vino es tan dado a estos enfrentamientos dentro de un mismo clan?
R. No creo que estas situaciones se den solo en las bodegas, pero es verdad que por el glamur que rodea al vino suelen llamar más la atención. La familia que no tenga problemas que levante la mano. La única diferencia es que algunas son más discretas y otras airean sus trapos sucios.
P. En una entrevista en Cinco Días, el consejero delegado de Hijos de Rivera aseguraba que la principal argamasa para mantener unida a la familia en una empresa es “San Dividendo”. ¿Lo comparte?
R. Sí, estoy de acuerdo. Hay gente que ha estado muy vinculada a los negocios familiares, pero después llega un momento en que eres parte de la misma y no tienes ninguna vinculación más allá que la de recibir dinero parte de los beneficios. Es esencial tener contenta a la familia y darles dinero, está clarísimo.
P. Le quedan dos años para cumplir los 70, edad que ha fijado para su retirada como consejero delegado. ¿Cómo va el proceso de sucesión?
R. Estamos en ello. Este tipo de procesos son lentos, porque se trata de buscar un consenso amplio. Es posible que antes de un año tengamos una solución definitiva.
P. ¿Pero ya es seguro que el sucesor saldrá de la propia familia?
R. Sí, sobre que la familia debe seguir al frente del negocio hay acuerdo. Al final, la familia aporta un plus que no te dará un director general externo porque son los embajadores del proyecto y de la marca.
P. En estos 40 años muchos se habrán acercado muchos potenciales compradores ¿Tiene precio Vega Sicilia?
R. Todavía no. El mercado reduce el precio de las empresas a un múltiplo de sus beneficios. Pero hay algo más. Hace años encargamos una valoración y no supieron calcular cuánto dinero hace falta para crear una marca como la nuestra. Es un valor intangible y muchas veces la respuesta solo la tiene quien te quiere comprar.
P. Todo el mundo en la bodega le llama “don Pablo”. ¿Por qué?
R. Siempre me han llamado así, pero no es cosa mía. En alguna cata en el extranjero me han llegado a preguntar si tenía algo que ver con la mafia. Hace años me enteré de que algunos me llamaban con sorna “dos Pablos” por mi tamaño.
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