La electrificación del transporte está llena de promesas. Una de las más ambiciosas acaba de salir de China, donde Huawei asegura estar desarrollando una batería capaz de ofrecer autonomía de hasta 3,000 kilómetros y recarga completa en solo cinco minutos.
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La tecnología en cuestión está basada en una arquitectura de baterías de estado sólido con electrolitos de sulfuro dopados con nitrógeno.
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Aunque se trata de un anuncio respaldado por una patente registrada en mayo de 2023, los detalles técnicos que se conocen han despertado entusiasmo y escepticismo por igual.
Huawei estima una densidad energética de entre 400 y 500 Wh/kg, lo que representa hasta el triple de lo que ofrecen las baterías actuales de ion-litio.
Carga en 5 minutos y 3,000 km: cifras impresionantes, pero teóricas
La promesa de cargar un carro eléctrico completamente en cinco minutos ha sido, durante mucho tiempo, una meta aspiracional para fabricantes de todo el mundo.
Huawei dice estar cerca de lograrlo, pero también reconoce que alcanzar estas prestaciones requeriría una infraestructura de carga muy distinta a la actual y una adaptación regulatoria profunda.
La escalabilidad sigue siendo el mayor obstáculo. Ninguna compañía ha conseguido fabricar baterías de estado sólido a gran escala.
Huawei, por su parte, apuesta a que su arquitectura permita reducir reacciones secundarias, mejorar la conductividad iónica y ofrecer una durabilidad hasta tres veces mayor a la de las baterías de ion-litio tradicionales.
Según la patente, también se contempla una mejora significativa en la seguridad, al reducir el riesgo de incendio, una de las preocupaciones principales en la movilidad eléctrica.
China lidera la carrera tecnológica
Huawei no está sola. El anuncio forma parte de una estrategia nacional más amplia: China concentra el 36% de todas las patentes relacionadas con baterías de estado sólido.
Empresas como SVOLT, Sunwoda y Great Power también están trabajando con celdas de entre 300 y 400 Wh/kg y estiman iniciar la producción entre 2026 y 2028.

De hecho, el gobierno chino prevé un escalado industrial significativo entre 2030 y 2035. El país se posiciona no solo como potencia manufacturera, sino también como líder en propiedad intelectual del sector.
Competencia global: Europa y Asia también apuestan fuerte
Fuera de China, empresas como Toyota proyectan tener baterías de estado sólido listas para 2028. Mercedes-Benz ya está probando prototipos con densidades de 450 Wh/kg, y Samsung ha mostrado avances con cargas completas en nueve minutos y densidad similar a la que Huawei promete, aunque con costos muy elevados.
Estos desarrollos están reservados por ahora para el segmento premium, lo que limita su acceso al gran público. Sin embargo, la tendencia es clara: la industria está en plena transición hacia una nueva generación de baterías más seguras, más rápidas y con mayor autonomía.
Precios y costos: la otra batalla por ganar
El precio de estas tecnologías sigue siendo un reto. En mercados donde un vehículo eléctrico de gama media supera los $40,000 dólares, la incorporación de baterías de estado sólido podría elevar ese costo significativamente, al menos durante los primeros años de adopción.
A pesar de que los anuncios de Huawei están basados en prototipos y ensayos de laboratorio, su participación refuerza la idea de que la movilidad eléctrica está a punto de vivir una transformación profunda.
Con autonomías que podrían alcanzar los 3,000 km, cargas en cinco minutos y una vida útil prolongada, la movilidad sin emisiones se vuelve más viable. El reto, ahora, es cumplir con estas promesas en el mundo real.
Y aunque el futuro no está garantizado, lo cierto es que cada vez más actores se están alineando para lograrlo.
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