Grandes beneficios para las espinilleras que muestran los errores de los futbolistas

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Rafael e Iván Contreras, fundadores de Humanox.Rafael e Iván Contreras, fundadores de Humanox.

Humanox nació “para mejorar la salud y el rendimiento de las personas”. Así define Rafael Contreras el objetivo de la compañía que fundó a principios de 2020 junto con el licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte Iván Contreras —su primo— y acompañado en la coordinación tecnológica por el ingeniero Javier Moreno. En menos de un año la start-up ha facturado 2,4 millones y obtenido unas ganancias de 790.000 euros gracias a su primer producto, una espinillera inteligente de fibra de carbono con la que futbolistas profesionales y aficionados monitorizan más de 40 métricas en tiempo real sin necesidad de descargarse el histórico de datos al terminar la sesión de entrenamiento o el partido.

Los Contreras y Moreno se asociaron por primera vez después de que Rafael creara, en 2002, Carbures, una compañía que fabricaba piezas de fibra de carbono para Airbus y que hoy forma parte de la robótica cotizada Airtificial. “Trabajábamos sobre todo con nuevos materiales, pero varios proyectos nos fueron moviendo hacia la conexión inteligente y ahora nos dedicamos a aplicar esos conocimientos en la vida cotidiana”, precisa por videollamada el fundador de ambas compañías.

Dieron un importante paso en 2018: presentaron una cápsula de pasajeros en tamaño ­real para uno de los trenes supersónicos desarrollados a partir de las líneas maestras trazadas por Tesla. Un proyecto cuya realización aceleró la creación de Humanox. “Para ver cómo funcionaba mecánicamente esa estructura a gran velocidad la sensorizamos, y eso nos permitió poner en práctica todo lo que sabíamos de cómo obtener cantidades ingentes de datos”, sostiene Moreno. Y Rafael Contreras concreta que han realizado algo parecido con la espinillera. “Javier la ha convertido en un dispositivo que recoge información; e Iván, en uno inteligente y conectado”, resume.

Optaron por un producto para el fútbol base tras constatar la “poca innovación” que se dirige al deporte no profesionalizado. “Las élites tienen grandes recursos tecnológicos a su alcance, pero los chavales y los aficionados no tantos”, considera Contreras. Su primo Rafael precisa que su estrategia de negocio se basa en “entroncar con los nuevos hábitos de consumo que impulsan los jóvenes”. Estos demandan acceso a información en directo fácilmente compartible y se reconocen en los modelos de suscripciones personalizadas que ofrecen las plataformas de vídeo bajo demanda. “Nuestra apuesta se asienta en el pago por uso. Una vez adquirida la espinillera —actualmente cuesta 288 euros—, cobramos al usuario en función de los servicios que le interesan, con un mínimo —de 4,50 euros— que cubre las métricas fundamentales, la conexión en streaming y la compartición de contenidos en una plataforma propia”, resume.

Al estar fabricada con fibra de carbono, la espinillera de Humanox reduce el efecto sobre el jugador de los impactos. Además, compite con otros dispositivos inteligentes utilizados en el fútbol, como los chalecos, gracias a que ofrece información del posicionamiento de las piernas. Estas dos ventajas llevaron a dos equipos de Primera División, el Cádiz y Osasuna, a adquirirla para sus respectivas canteras. En paralelo, espoleados por la reciente concesión de un premio a la innovación futbolística por parte de la UEFA, los fundadores de Humanox han entablado negociaciones con clubes de una decena de países. Otro de los “retos inmediatos” es incrementar la venta directa al jugador, todavía muy minoritaria.

La limitación de movimientos ocasionada por la crisis sanitaria no les ha perjudicado demasiado. “Hemos visto que algunos clubes adquieren la espinillera para que sus técnicos y ojeadores sigan en remoto la evolución de los jugadores”, cuenta Iván Contreras. La pandemia también les ha permitido ultimar el desarrollo de un “parche” con el que pretenden ser pioneros en la realización de electrocardiogramas a los futbolistas durante los partidos y acelerar el lanzamiento de una mascarilla inteligente con la que podrán “detectar la eventual presencia de diferentes cepas de covid-19 en el organismo”, argumenta Moreno.

Humanox tiene su oficina en la localidad gaditana de El Puerto de Santa María, delega la fabricación de los dispositivos y cuenta con 14 empleados —aunque con subcontratados y autónomos el “equipo” asciende a 45 trabajadores—.

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