“Busco una carta de no antecedentes penales en México para pedir la residencia en EE.UU.”

hace 1 año 48

MEXICO.- Emelia Díaz lleva décadas como jornalera en los campos de Nueva York. Al norte del estado, lejos del glamur citadino de Manhattan o Brooklyn, ella siembra calabaza, desbosca surcos, levanta fresas y cosecha tubérculos con la ilusión de que algún día podría ser una ciudadana común y no el foco de una posible repatriación.

El sueño de tantos años está a punto de cumplirse porque está a punto de hacerse residente porque su marido la apoya. En general, el sistema burocrático migratorio en Estados Unidos está en este momento de su lado porque le ha dado todos los documentos, incluso las cartas de no antecedentes penales en cada una de las entidades donde ha vivido. 

El problema está ahora, más bien, en México, su país natal. Y para ser más precisos en los consulados.

“Simplemente es posible tramitar una carta de no antecedentes penales”, lamenta con frutración. 

La carta de no antecedentes penales sirve para verificar que las personas no hayan cometido crímenes y sirven para trámites de ciudadanía o residencia estadounidense, como en el caso de Emelia Díaz. 

En México, las instituciones que expiden estos documentos son las fiscalías estatales, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. 

Con esta última la Secretaría de Relaciones Exteriores firmó un convenio de colaboración en 2021 para que los migrantes puedan presentar su solicitud de carta de antecedentes penales en las oficinas consulares de México.

A Emelia Díaz estaba feliz cuando se enteró de las ventajas que esta situación le daba a su proceso y así empezó su peregrinaje en busca del documento. 

Primero intentó tramitarla en el consulado móvil que llega de vez en cuando a la zona donde reside, casi en los límites con Canadá, pero le dijeron que no lo gestionaban ahí porque sólo daban documentos básicos como matrícula consular y pasaporte. 

Cuando preguntó dónde solicitarla, le indicaron que debía ir al consulado “estable” en la ciudad de Nueva York, a una sede fija. El más cercano en caso es el de Manhattan pero está a siete horas de camino de ida, otro tanto de vuelta, más el tráfico.

Todas las cifras pasaron por la cabeza de Emelia. A esos pensamientos sumó poco a poco otros inconvenientes como pedir permiso a su jefe de ausentarse por lo menos un día. El patrón le diría que sí porque es buena persona pero, por lo general, los capataces tienen una actitud hostil y no los dejan salir o los dejan salir de malas.   

Según Librada Paz, activista por los derechos migrantes y trabajadores agrícolas en Estados Unidos, los patrones de los trabajadores agrícolas en la región de Nueva York no quieren dejarlos salir para que éstos hagan trámites. 

“Argumentan que tienen exacto número de trabajadores y si uno se va, les falta personal”. 

Además, “hay horario de entrada, pero no de salida, sobre todo en temporadas de ciertos vegetales”. 

Librada Paz sabe de primera mano el embrollo que atraviesa Emelia. De hecho, fue el motivo por el cual decidió dedicarse al activismo y empaparse del tema legal. 

“Realmente, yo fui trabajadora agrícola por una década en esta áreas del estado. Entendí que no teníamos derechos. Para mí se me hizo sumamente importante compartir mi experiencia porque pasé muchos abusos. Todo tipo de abusos, acoso sexual, abuso de la labor”, relata. 

El abuso la motivó a prepararse y apoyar a que otros tuvieran mejores oportunidades que las que tuvo.

“La experiencia es lo que me ha ayudado a salir y contar mi experiencias y para educar a muchas otras personas que nos preguntaron sobre las leyes”.

Actualmente hay una falta de trabajadores en EE.UU. Un reporte difundido por el Consejo americano para la inmigración (American Immigration Council) muestra que hoy en día hay 11.5 millones de vacantes laborales, de las cuales 34.4% las ocupan migrantes. Para el 2030, calcula que la cifra crecerá hasta 80 millones. 

En este contexto hay dos necesidades urgentes para los jornaleros, según la activista Librada Paz: agilizar los trámites que les den garantías laborales y crear condiciones para que los trabajadores gocen de seguridad y protección social.

“Por eso es importante que las autoridades mexicanas atiendan con mayor celeridad los trámites de los trabajadores”. 

La experiencia de Emelia Díaz es simbólica. Durante meses, ha intentado sacar un cita en los consulados fijos de donde ha vivido con la esperanza de acelerar el trámite de la carta de no antecedentes penales pero no ha tenido éxito. Nadie le  contesta vía telefónica o la llamada se corta.

El relato del gobierno

Jaime Vázquez, director general de Servicios Consulares, explica que la situación es compleja por la cantidad de personas que actualmente están solicitando algún trámite, debido al rezago que provocó la pandemia. 

Además, los consulados móviles no pueden procesar trámites judiciales ni notariales porque requieren de la venia de los cónsules y de procesos más complicados, como en el caso de la constancia de antecedentes penales.

“Tenemos un sistema específico para comunicarnos con la Secretaría de Seguridad Pública, que no siempre está instalado en los equipos que llevamos a los consulados móviles”. 

El funcionario comenta que en todo el estado de Nueva York estado suelen programarse 700 citas diarias, las cuales muchas veces no alcanzan para enfrentar la demanda.

Entonces, ¿qué hacer? 

Jaime Vázaquez sugiere paciencia, seguir “los canales institucionales”, o sea, agendar una cita o comunicarse por línea telefónica a los consulados o por correo electrónico. “Los consulados allá están abiertos de lunes a viernes. Además de que próximamente abrirán uno nuevo en Nueva Jersey, con lo cual se desahogará carga en el de Manhattan”. 

Emelia Díaz cambió de parecer y  llamó al consulado de Atlanta, donde vivió anteriormente, sabe moverse mejor  que en Manhattan y allá  está su hija. Así que va a ir a buscar su carta de no antecedentes penales a Georgia.

Hace días marcó a la sede diplomática y  por fin le constestaron. Antes tenía mal el número, marcaba al antiguo.  Ahí le dijeron que no necersitaba hacer cita, sino meterse al web side del consulado, donde están los documentos que necesita.  

“Primero Dios en noviembre tendré el documento”, pronostica. 

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